martes, 20 de octubre de 2009

El hábito de la lectura se inculca, no se impone...


Este es un error común que muchos han cometido tanto al querer adoptarlo, como al querer crearlo en sus hijos, siendo la lectura, por el contrario una hermosa actitud en la vida que ennoblece al ser, cultiva es espíritu y transforma a la persona.
Ha quedado como una fotografía de recuerdo en nuestra memoria que las anteriores sociedades practicaban la lectura no sólo en la intimidad, sino también en sus reuniones habituales, y se podría pensar que era por la falta de fuentes de entretención (televisión, desarrollo de la informática, cine, etc.), y aunque por un lado es una razón cierta y válida, el error estuvo en relegar a la lectura en segundo plano, ya que por excelencia es el medio por el cual alimentamos nuestro intelecto y nos ayuda a adoptar un mejor comportamiento en nuestra sociedad.
Más allá del hábito de la lectura siempre hay un libro que espera ser abierto, un libro cerrado es una aventura que espera ser iniciada.

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